DÍA DE HUELGA

ESTA VEZ NO HAGO HUELGA, AUNQUE UNA PARTE DE MÍ DICE QUE QUIZÁ ESTA VEZ SI HABRÍA SERVIDO DE ALGO. No es por el dinero, pues hace tiempo que no me pagan todas las horas que hago de más y ahí sigo. 
Soy funcionaria, un número para la sociedad. Haga lo que haga un funcionario siempre será un funcionario. Miles de chistes sobre lo que hace o no hace un funcionario y cero reconocimiento a nivel social sobre nuestra profesión y sólo por ser funcionarios. Si lo sé no me pego siete años estudiando para estar donde estoy. Cuando te preparas una oposición piensas en la estabilidad nadie te dice que firmas unas condiciones de trabajo que pueden ser modificadas en cualquier momento según quien gobierne y lo que se le antoje...qué ignorante me siento.
Este blog es una puerta para el que quiera entrar y valorar lo que realmente puede llegar a ser el trabajo de un funcionario, para mí, nada fácil. Me pregunto muchas veces cuántos recortes estaría dispuesta a soportar. Y también me pregunto qué sueldo se pondrían aquellos que nos lo bajan tras pasar un mes en un aula con la responsabilidad que ello conlleva. Ese trabajo que hay que adaptar según los presupuestos, según la normativa cambiante, según la burocracia exigida, según lo que unos u otros consideran más adecuado...
Me siento manipulada y, por tanto, nada libre. ¿Hacer o no hacer huelga? Nos convocan a huelga, siempre y nunca es suficiente, siempre llega la necesidad de otra. Parece publicidad, parece que nos crean falsas necesidades.
A día de hoy, no creo en la huelga, creo que los que gobiernan deberían volver a las aulas y escuchar las explicaciones en torno a la empatía. Quizá si en lugar de ponernos nosotros en su lugar, se pusieran ellos en el nuestro esto cambiaría, pero mucho me temo que seguiremos siendo sus marionetas. Ellos ganando un pastón con sus bolos y nosotros cada vez más desgastados pero moviéndonos allá donde nos dicen. Una pena, sí. Pero esta vez he decidido no hacer huelga. 
De pronto parece que aún puedo elegir algo.