Lo que más les ha costado es entender que ninguno era de nadie en concreto. Un día empezamos a pintar y al día siguiente terminabamos de pintar otro diferente y otro día le poníamos la nariz a otro y así con todo. Ellos decían ¿cuál es el mio? y yo les explicaba que ninguno era de ninguno, que todos eran de todos y los preparabamos entre todos para venderlos en el mercadillo y que ese día ellos podrán elegir entre comprar uno de los muñecos o caretas que también hemos preparado u otra cosa que hagan los niñ@s de otras clases.
Con la pintura blanca que nos sobró hicimos un mural con nuestras manos. Con lo que más disfrutaron fue con pintarse así mism@s...algun@s pretendían pintarse el brazo entero cuando les dije que se podían pintar la mano...
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